Empecé en el mundo del patchwork hace casi tres años y un poco por casualidad. Siempre me había gustado todo aquello que tuviera que ver con la costura, seguramente porque crecí entre hilos, telas, alfileres... (mi abuela era modista y yo me crié con ella). Lo mismo le ocurría a mi madre y cuando nos enteramos que daban clase cerca de nuestra casa nos apuntamos. Y al instante me enamoré de este arte y de todo lo que nos permitía hacer, sobre todo de uno de sus clásicos: las Tildas.
El origen de estas muñecas está en una diseñadora Noruega que creó estas muñequitas larguiruchas y sin expresión pero taaaan versátiles y preciosas. Me encanta hacerlas, sobre todo por todo lo que nos permiten.
Los patrones de Tilda están editados en varios libros dedicados a esta muñeca. Su característica principal es su tamaño, lo largas que son. Unas caderas prominentes que las dota de una elegancia natural y por supuesto sus alitas como ángeles.
Lo curioso es que aunque es una muñeca es un recurso ideal en decoración. De hecho esta que os muestro aquí es para una chica ya mayorcita que se llama Lola (Lolita para las amigas). Quiso la costurera porque también a ella le apasiona este mundo y de ahí el guiño de la tilda con su máquina de coser.
Y la personalicé bordando su nombre como si fuera lo propia máquina quien lo hace.
Espero que os haya gustado y si tenéis cualquier duda, queréis consultarme algo o queréis hacerme un pedido personalizado mandadme un correo electrónico
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